¿EN DÓNDE EMPIEZAN MIS LIBERTADES?
- Jupatesa
- 3 ago 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 6 ago 2020

Hoy en día hay muchas expresiones de libertad sobre la aceptación de las personas y como su pensamiento, dogmas y sentimientos puedan dignificar lo que la condición humana pueda expresar desde su configuración biológica de existencia demande a sus patrones de comportamiento frente a cada situación, pero esto cada vez más se va entrando en un territorio donde se va a vulnerar los derechos de los demás, de pasar por encima de la realidad del ¿cómo se sienten los demás?, cruzando esa línea muy fina sobre si “yo me siento así, yo me expreso así”.
Cosa que no es nada trillado ni mucho menos anormal desde la individualidad de cada ser, desde lo que se ha venido peleando en múltiples ocasiones sobre “el desarrollo de la personalidad individual de cada persona”, pero hasta en el reino animal se respetan dichos lineamientos sobre las libertades de los demás o ¿dónde se ha visto una cabra enamorada de un león?
No obstante, lo que se discute en las libertades civiles es que cada individuo tiene una configuración prediseñada desde su biología (ya que no es algo de creer por si sólo desde los conceptos preestablecidos, sino que desde una investigación social que determina el funcionamiento final de las personas y no desde conceptos fundamentados desde la ignorancia).
Ésta indagación desde lo social es la que pareciera que al final influye a través del desarrollo neuronal de cada individuo para formular la realidad desde lo que “yo siento como identificación”, desde lo que me dicta mi parte biológica celular y lo que mi entorno bioquímico del cuerpo que es lo que designa como estamos dispuestos a recibir las percepciones del mundo material y caminar conjuntamente con los demás entre los componentes de la materia que demanda mi física biológica en un momento determinado en la existencia misma en sociedad.
Dadas las circunstancias actuales sobre las polémicas desatadas por la vulneración de los derechos de las minorías, las divisiones sociales por etiquetas, clases, credos y fundamentos que no van ligados desde el desarrollo biológico de cada individuo, de los grupos sociales, de las etnias, en general.
El ser humano es único ser en el mundo que desde lo humano, así tenga tres ojos, sea verde o como su configuración biológica lo indique, sigue siendo un ser humano, ya que su genética no demanda ser de otra especie y en medio de la pandemia y “la nueva normalidad”, todo lo desigual que hemos sido entre nosotros como especie humana, es el mensaje real de aceptación de la biodiversidad humana, que quizás esto sea una prueba, la más grande cada cien años y cada prueba que nos embarque como especie, tiene como objetivo ayudarnos a avanzar como seres humanos.
Pero lo que estamos viendo y por eso es la lucha continua sobre que nos hemos estancado en procesos que, desde la observación de otras especies, literalmente estamos reprobando como especie al continuar maltratándonos entre nosotros mismos.
Si le hacemos lo que le hacemos a los demás (desprecios, malos tratos, discriminación, diferenciación, clasificación, categorización, tipificación, perfilamientos y demás), ¿cómo especie estamos evolucionando?, obviamente que no, estamos en posiciones divisorias de mentes retrogradas que no permiten el cambio a otros ámbitos sociales, entonces ¿estamos en la cúspide de la cadena evolutiva entre especies?
Es de dudar mucho que estemos en alguna posición de ser una especie benevolente y mucho menos cuando todavía nos sigamos sintiendo superiores a los demás y no como parte de un todo social, ya que no demostramos para nada la igualdad que todos y cada uno de los seres vivos merecen.
Según la problemática actual de aceptación de los componentes de diversidad humana, el ignorar la variabilidad humana por ¿cómo se reparte o configura en la sociedad?, es lo que muestra uno de los componentes de discriminación en ciertos grupos sociales en función de la serie de pautas de los componentes familiares, geográficos, adaptativos, credos y paradigmas establecidos en muchos casos y aprovechados por grupos políticos que no tienen enfoque de protección social como tejido humano, sino que detrás de los intereses de búsquedas egoístas sobre la carrera detrás del poder, cusan más daño en fomentar los odios por tipificación de la división social desde sus características de desarrollo de las individualidades de los grupos minoritarios.
Los políticos y cualquiera que busque dividir a las personas en cierta manera, demuestra componentes de sociopatías, pero ¿por qué se permiten estas prácticas en el desarrollo social?, quizás porque en medio del apogeo de los discursos en los diferentes medios de comunicación comercial, no se le quiere dar a conocer a la gente que dicho “líder político” no es un verdadero “líder”.
El marketing de la política al decir que “es muy dinámica” y se reconozca en parte muy implícita que el juego de la doble moral entra en juego para no revelarle a las masas sociales la praxis de conductas que “no deben decirse en voz alta”, es lo que ha venido transformando los partidos políticos en grupos inservibles en la dinámica del uso ya desgastado de la demagogia política y aunque en muchos casos esto lleva a que dichas personas denominados “líderes políticos” o de opinión “le venden el alma al diablo” por así decirlo, de la popularidad para llegar a las posiciones que se auguran detrás del poder.
Ahora, cada quien es libre de desarrollarse como quiera en medio de las libertades civiles y está en la libertad del desarrollo de las personas escoger los canales de desarrollo personal, pero hoy en día vemos muy de seguido en la praxis de la vida diaria, que predominan más la imposición deliberada de patrones de conducta que tratan los medios de comunicación comercial de “normalizar” en la concepción del desarrollo de las masas sociales, metiendo el dedo en la llaga siempre para generar división social.
De ahí es que muchos salen en voz de protesta sobre ¿qué nos quieren imponer como tendencias?, ¿cuál es la dinámica del asunto de normalizar algo que para el desarrollo de los demás no tiene aceptación desde su propio desarrollo personal?
Si así no lo sienten los demás grupos sociales dado que se aleja de la realidad sobre una realidad distante del ¿qué estoy viviendo yo a diario?, ¿por qué tenemos que aceptar seguir en la incomodidad individual de voltear el asunto en otra dirección social?, cabe destacar que una cosa es aceptar las diferencias entre los individuos como su naturaleza les designe y otra muy diferente es tener que caminar con el otro sintiéndome incomodo por sus actos.
Y el aceptar una “normalidad” desde aspectos psicológicos que no hacen parte de mi desarrollo individual, por esto es que saltan ciertos grupos en medio de lo incomodo del asunto de sentirse afectado sobre X o Y actuación de “las nuevas normalidades”.
Que nos tratan de imponer en los medios de comunicación comercial, las estrategias de marketing del entorno comercial de las marcas y los grupos de defensa de libertades de dichos minorías, más en medio de la formación de las etiquetas del “yo me siento así” y “yo me expreso así”, es válido que cada individuo pueda desarrollarse en su libertad de expresión, libre de imposición de las concepciones del marketing y todo lo que afecta la opinión pública, pero estamos en una sociedad y en medio de la convivencia entre muchos.
No podemos andar en la vida haciendo sentir incómodos a los que nos rodean, distintamente de ¿cómo piensan?, eso es un acto egoísta que desde mi desarrollo personal raya en la indisposición de los demás que me rodean.
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